


Out of concern for the well-being of all in our communities, everyone is urged to monitor carefully and abide by the directives of federal, state and local authorities, as well as guidelines from the Centers for Disease Control.
The dispensation from the obligation to attend Sunday Mass for persons with health reasons or concerns remains in effect for all in the Archdiocese through Monday, September 28. Because of this, those wishing to participate in Mass and receive Holy Communion can do so by attending any Mass any day of the week. Some parishes may wish to consider encouraging people to come on weekdays to help manage the number of attendees. While those who are at high risk or who care for someone at risk can and should stay home and participate in an online or televised liturgy, Archbishop Gregory J. Hartmayer, OFM Conv., encourages those who are healthy and are not burdened with the fear of being exposed to the virus to begin returning to Mass and receive the grace of the Sacraments of Reconciliation and Eucharist. Watching the celebration of the Mass on the computer or TV cannot become a substitute for receiving the sacraments.
Persons are encouraged to take their temperature before leaving home and to avoid coming to church if the temperature is 99.6 or greater. Taking of temperature at church entrances is allowed, according to the parish’s published or announced procedure. Anyone who is not feeling well should remain at home, out of concern for others. Those who are at risk or concerned that they or their family might become sick should stay at home and view live-streamed or online Masses.
As it is possible, parishes should continue to offer online Masses even as attendance at some Masses becomes available.
Preparation of ushers or similar monitors will be necessary in order to assist the faithful as they come to Masses.
Before returning to regular Masses and visitation, churches are to be deep- cleaned, including carpets, pews, restrooms, water fountains, doorknobs, light switches, microphones, music stands, chairs and other furniture. Use chemicals and disinfectants as directed, and allow for proper drying times. Thoroughly clean surfaces between church uses. More time may be required between Masses in order to permit necessary cleaning. Because of distancing requirements, Masses will likely need to be celebrated in the larger church rather than in a chapel.
Temporarily remove materials from pews and chairs—hymnals, missalettes, bibles, pens, information. Post signs requiring non-contact greetings. Cry rooms and nurseries are to be closed. Holy Water fonts should remain empty, but parishes should allow for Holy Water to be taken to homes. Sanitizer is to be available at church entrances, and, if possible, entrance doors should be propped open.
Minimize entry points into a church for usher placement, one-way direction, and sanitizing. Pews should be taped off and marked to ensure six feet of distance in all directions between household groups or individuals. Seating should take place filling in from the front to the back until the maximum available space has been reached and the usher is able to determine that no more may be seated in church. The use of overflow spaces is encouraged, where the same distancing requirements are in effect as in church.
Daily Masses at regular hours will restart on Monday, May 25th, 2020.
Sunday Masses at regular hours restart on Saturday, May 30th, 2020.
This weekend we will also restart confessions.
In the Sanctuary and the Social Hall we will have the capacity to receive no more than 90 people or families.
They will enter in order of arrival. You MUST follow the directions of the Ushers.
There should be no physical contact while praying the Our Father or the Sign of Peace.
For the time being, the Precious Blood will not be offered at Holy Communion and communicants are strongly urged to receive in the hand.
We invite you to see more details in our newsletter, web page, St. Patrick app.
El Arzobispo Gregory J. Hartmayer, OFM Conv., anuncia las siguientes condiciones con respecto al culto en las parroquias y el acceso a las instalaciones parroquiales. Estos procedimientos serán evaluados y enmendados cuando sea necesario.
A medida que el estado emita nuevas pautas, el Arzobispo, teniendo en cuenta las recomendaciones de los CDC y del Departamento de Salud de Georgia, considerará si es necesario modificar los protocolos para la asistencia a la iglesia y las oficinas o reuniones parroquiales. Tal como está la situación, el tamaño de las reuniones parroquiales fuera de la liturgia depende del espacio, la ubicación y la discreción del párroco para garantizar que se puedan cumplir los requisitos de distanciamiento, la verificación de síntomas, el uso de mascarillas y las condiciones de sanidad. Generalmente, el objetivo debe ser grupos de 25 personas o menos, aunque se permiten reuniones de 25-50 personas. Los eventos de más de 50 personas reunidas en un lugar fuera de la misa, generalmente deben evitarse a menos que todos los requisitos mencionados anteriormente se puedan cumplir con la aprobación del párroco.
Debido a la preocupación por el bienestar de todos en nuestras comunidades, instamos a todos a monitorear cuidadosamente y a cumplir con las directivas de las autoridades federales, estatales y locales, así como con las pautas de los Centros para el Control de Enfermedades.
La dispensa de la obligación de asistir a la misa dominical para personas con motivos o preocupaciones de salud permanece en vigor para todos en la arquidiócesis hasta el lunes, 28 de septiembre. Por esta razón, aquellos que deseen participar en la misa y recibir la Sagrada Comunión pueden hacerlo asistiendo a cualquier misa sin importar el día de la semana. Es posible que algunas parroquias deseen considerar sugerir a las personas que asistan entre semana para ayudar a distribuir el número de asistentes. Si bien aquellos que están en alto riesgo o que cuidan a alguien en riesgo pueden y deben quedarse en casa y participar viendo la liturgia en línea o por televisión, el Arzobispo Gregory J. Hartmayer, OFM Conv., anima a aquellos que están sanos y no están agobiados por el temor de estar expuesto al virus a comenzar a regresar a la misa y recibir la gracia de los sacramentos de la reconciliación y la Eucaristía. Ver la celebración de la misa a través de una computadora o por televisión no puede sustituir la recepción de los sacramentos.
Sugerimos que los fieles tomen su temperatura antes de salir de sus casas y que eviten asistir a la iglesia si su temperatura es de 99.6 grados o más. Permitimos a las iglesias que tomen la temperatura de los asistentes en sus entradas, según el procedimiento que hayan publicado o anunciado. Cualquier persona que no se sienta bien debe quedarse en casa, por el bienestar de los demás. Aquellos que están en riesgo o que están preocupados por su salud o la de sus familias deben quedarse en casa y participar en misa por televisión o Internet.
Si es posible, las parroquias deben continuar ofreciendo misas en línea, incluso cuando la asistencia a algunas misas esté disponible.
Será necesario preparar ujieres u otros voluntarios para que ayuden a los fieles cuando vuelvan a asistir a la iglesia.
Las iglesias se deben limpiar a fondo, incluyendo alfombras, bancos, baños, fuentes de agua, picaportes, interruptores de luz, micrófonos, atriles, sillas y otros muebles. Utilicen productos químicos y desinfectantes según las indicaciones, y permitan tiempos de secado adecuados. Limpien minuciosamente las superficies entre usos. Quizás se tenga que incrementar el tiempo entre las misas para poder llevar a cabo la limpieza necesaria. Debido a los requisitos de distanciamiento social, es probable que las misas tengan que celebrarse en el santuario en lugar de una capilla.
Remuevan temporalmente los objetos que se encuentran en las bancas: himnarios, misales, biblias, bolígrafos, información, folletos, etc. Coloquen letreros con recordatorios que indiquen que los saludos deben ser sin contacto. Los espacios para familias con niños pequeños y las guarderías deben continuar cerradas. Las fuentes con agua bendita deben permanecer vacías, pero las parroquias deben permitir que la gente lleve agua bendita a sus hogares. Las entradas de las iglesias deben tener disponibles desinfectantes y, si es posible, las puertas de entrada deben estar abiertas.
Minimicen los puntos de entrada a sus iglesias para poder colocar ujieres, dirigir el tráfico en una sola dirección y desinfectar. Las bancas deben estar bloqueadas con cinta adhesiva y marcadas para garantizar que haya una distancia de seis pies en todas las direcciones entre grupos de familias o individuos. Los espacios disponibles deben llenarse de adelante hacia atrás, hasta que se haya alcanzado la capacidad máxima y el ujier determine que ya no hay más espacio. Se recomienda el uso de espacios para albergar a personas adicionales, donde se apliquen los mismos requisitos de distanciamiento que en la iglesia.
La misa diaria puede continuar tal y como se haya anunciado, siempre y cuando la salud del sacerdote no se vea afectada. Las iglesias también pueden estar abiertas para oración y adoración en un horario previamente anunciado. Las parroquias pueden utilizar sistemas para tomar reservaciones o de orden de llegada, admitiendo a quienes lleguen primero. Las misas al aire libre, que permitan acomodar a un número mayor de asistentes, están permitidas, observando las medidas de distanciamiento social. Si las personas asisten a misas al aire libre en sus automóviles, deben salir y ponerse de pie para recibir la Sagrada Comunión.
Los fieles y los ministros de la Sagrada Comunión deben llevar cubrebocas. Los sacerdotes que celebran la misa deben abstenerse de usar cubrebocas. Los ujieres, ministros de la Sagrada Comunión, servidores, lectores, voluntarios y aquellos que limpian la iglesia deben utilizar desinfectante de manos.
Las ofrendas del pan y el vino deben llevarse directamente desde la credencia o colocarse en el altar sin procesar. Las hostias sin consagrar deben colocarse sobre un corporal alejado del centro del altar. No debe haber contacto físico durante el Padre Nuestro o el Saludo de la Paz. Se recomienda implementar pasillos unidireccionales durante la comunión.
La Preciosa Sangre no se ofrecerá por el momento durante la Sagrada Comunión. Les recomendamos encarecidamente a los comulgantes que reciban la comunión en la mano. Si hay un solo cáliz, los sacerdotes concelebrantes deben recibir por intinción.
La manera óptima para recibir el Cuerpo de Cristo durante la Sagrada Comunión es que el comulgante se baje el cubrebocas justo antes de acercarse al distribuidor para que este pueda colocar la hostia sagrada fácilmente en la mano o en la lengua del comulgante y se consuma de inmediato. Esto es preferible a tomar la hostia sagrada en la mano y luego moverse a un lado para consumirla.
Queremos recordar a todos que los fieles tienen la opción de recibir la comunión en la lengua o en la mano. La arquidiócesis no ha prohibido recibir en la lengua, aunque se recomienda recibir en la mano durante la presente pandemia. Si es necesario desinfectar más después de ofrecer la hostia sagrada en la lengua o en la mano, se deben tomar medidas para hacerlo discretamente. Los párrocos tienen la discreción de determinar cómo se distribuirá la Sagrada Comunión en sus parroquias.
Las reglas de distanciamiento social implicarán que los coros y músicos probablemente se utilicen en números menores. Las prácticas del coro deben evitarse, debido al riesgo de transmisión y la cantidad de personas involucradas. Es preferible utilizar un cantor y unos cuantos músicos. Las guías de la celebracion de la misa no deben usarse a menos que se utilicen una sola vez o solo para una misa. Se recomienda el uso de música conocida y proyectores. No se aconseja que los fieles canten unidos.
La colecta debe recogerse en línea, por medio de canastas sostenidas por ujieres o en recipientes monitoreados donde la congregación pueda colocar una ofrenda de manera segura.
Las oficinas de la iglesia deben desinfectarse y el personal debe trabajar remotamente tanto como sea posible. Les recomendamos llevar cubrebocas y mantener la comunicación electrónica y el contacto telefónico con los fieles.